Análisis de décimas

1)¡Válgame Dios cómo están
todos los pobres cristianos
en este mundo inhumano
partidos mitá’ a mitá’!
del rico es esta maldá,
lo digo muy conmovía;
dijo el Señor a María:
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.
¿por qué el pudiente se olvida?

Si el sol pudieran guardarlo,
lo hicieran de buena gana;
de noche, tarde y mañana
quisieran acapararlo;
por suerte que pa’ alcanzarlo
se necesitan aviones.
De rabia esconden las flores,
las meten en calabozos,
privando al pobre rotoso
de sus radiantes colores.

Si entonces no lo supimos,
seguro lo sospechamos,
porque nos faltan las manos
pa’ los botones más finos.
Era un festín tan divino
el naufragar en las olas
que hacían las amapolas,
clarines y cardenales.
Ni por cinco mil reales
celebración más monona.

En un dos por tres, señores,
hicimos las de Caín,
y queda el pobre jardín
en sus pañales menores;
cambiamos aquellas flores
en menos que canta un gallo;
hast’ una flor de zapallo
que culebreaba en la higuera.
Cuando aparece la dueña
sufre un terrible desmayo.

Pagamos aquel desastre
con ochenta chicotazos;
diez por cada bribonazo.
Nos moretearon el traste:
“por qué las flores sacaste,
chiquillos de los demonios”;
ampáranos, San Antonio,
d’este castigo ejemplar;
y andábamos sin chistar
con un susto del demonio.


Análisis
En esta décima, Violeta Parra habla sobre la desigualdad que se da entre los ricos y los pobres, la división de la sociedad. Diciendo: “Son para todos las flores, los montes, los arreboles. ¿Por qué el pudiente se olvida?”, se está refiriendo a que todos tienen derecho a acceder a las mismas cosas, se pregunta por qué los ricos que tienen todo se les olvida compartir lo que tienen con el resto; Violeta muestra su postura comunista. Dice que los ricos acceden a todo lo que se les cruza en el camino, pero sin ningún esfuerzo. Todo lo que tienen, lo “esconden”, lo cual quiere decir que todas las cosas que tienen los ricos, no las comparten, se las guardan para ellos. Para Violeta, que viene del lado de los pobres, les falta mucho para llegar a ser como los ricos. En el cuarto párrafo, Violeta menciona a Caín, de la historia de la creación de “Caín y Abel”, en al cual, Caín, uno de los hijos de Adán y Eva, asesina a su hermano Abel, por envidia de que sus padres querían más a su hermano que a él. Con respecto a lo que Violeta Parra dice en su décima, muestra como una venganza que hicieron los pobres hacia los ricos, debido a la injusticia en la que se encontraban. Muestra lo que hacen los pobres, frente a su desesperación de no tener lo que desean. En respuesta, los ricos, maltrataron a cada uno de los que hicieron esa maldad con “chicotazos”, o sea, con azotes. Luego, cuenta que los pobres quedaron muy asustados.
Las constantes que se reflejan en la décima de Violeta Parra son por parte lo divino, ya que refleja su acto de desesperación frente a los ricos, con la historia de Caín y Abel. Muestra también el sufrimiento de la sociedad pobre, al no tener todos los recursos necesarios para vivir, y su lucha constante por igualarse a los ricos.



2)Por ese tiempo, el destino
Se descargó sobre Chile;
Cayeron miles y miles
Por causa de un hombre indi’no.
Explica el zorro ladino
Que busca la economía;
Y siembra la cesantía,
Según él lo considera,
Manchando nuestra bandera
Con sangre y alevosía.

Fue tanta la dictadura
Que practicó este malvado,
Que sufr’el profesorado
La más feroz quebradura.
Hay multa por la basura,
Multa si salen de noche,
Multa por la calma o por boche;
Cambió de nombre a los pacos;
Prenden a gordos y a flacos,
Así no vayan en coche.

Tiritan en los hogares,
No duermen los habitantes,
En velas los delirantes
Por si entran esos guardianes.
Ya van sumando, millares
De justos y pecadores;
Repletas son las prisiones,
Se viv’ en un sobresalto;
Y el presidente tan alto
Detrás de las municiones.

Los niños ya no son niños,
Son pájaros espantados,
Le temen a los soldados
Como a las bestias en piño.
Este recuerdo me ciño
Al centro del corazón,
Concédanme la ocasión
Para decir crudamente,
Que Ibáñez, el presidente,
Era tan cruel como el león.

El que su puesto regía,
Mañana ya no lo tiene,
El paco no se detiene
Y andan matando porfía.
Su sed exige sangría,
Persigue al que le da ganas,
El vendedor de avellanas
S’ integra a la oposición,
Por eso es que a Anabalón,
Lo matan una mañana.


Análisis
En esta décima, Violeta Parra cuenta desde un punto de vista comunista, como vivió la gente durante la dictadura del ex presidente chileno Carlos Ibáñez del Campo. Lo cuenta como una descarga del destino sobre Chile, ya que para ella, el ex presidente fue muy injusto. Al decir “Manchando nuestra bandera”, se refiere a que fue una dictadura desigual con la sociedad, de carácter antipatriota. Cuenta que Chile sufrió mucho. Que los soldados y “pacos” ponían multa por todo, por salir de noche, por estar en calma y por estar en boche, o sea por cualquier cosa que hacían les ponían multa. También cuenta que en todas partes tenían miedo, la gente vivía inquieta, y el mismo presidente estaba detrás de todo. Muestra el miedo en los niños, dice que ya no son niños sino que “pájaros espantados”; esto es lo que más le duele a Violeta. Critica abiertamente a Ibáñez, por lo mal que lo hizo durante su gobierno. Mataban por que sí, la mayoría de la población estaba en contra de su gobierno y encontraba injusta la situación en al que se encontraban; sobretodo los pobres, que ni los contaban en la sociedad. Se muestran las temáticas de el sufrimiento, ya que están viviendo en malas condiciones debido a la dictadura de Carlos Ibáñez; la lucha contra la injusticia en la que viven, y también puedo inferir de la décima, la constante de libertad, ya que por lo que leímos, la mayoría quería liberarse de la dictadura del ex presidente, y no estaba de acuerdo con las medidas que éste tomaba.



3)Salí de mi casa un día
P’a nunca retroceder,
Preciso dar a entender
Que lo hice a l’amanecida;
En fuga no hay despedida,
Ninguno lo sospechó,
Y si alguien por mi lloró
No quise causar un mal;
Me vine a la capital
Por orden de Nicanor.

Me manda carta el domingo,
El lunes viajando va,
El miércoles lista ya
P’al sitio en su destino,
El jueves, un peregrino
Cartero dicendo: abricia;
El viernes nadie malicia,
Partí para no volver,
El sábado en San Javier
De mí les mando noticia.

Mi hermano: Vente, decía
Pensando en tiempo futuro,
L’entiendo mal, me apresuro
Partiendo sobre la misma;
Si no me saqué la crisma
En viaje de tanto empeño,
Fue por la nube d’ensueño
Que no me deja un instante,
Entre asustá’ y delirante
Salí del profundo sueño.

De tres o cuatro empellones
Y en menos de una semana
Impávida, salva y sana
Crucé noventa estaciones,
La luz de mis ilusiones
Me trajo sin saber cómo
Volando cual un palomo;
No quise andar en desvíos,
Mujer que tiene sentido
Tranquea con pies de plomo.

Mi hermano decía: Vente,
Que lindo es el estudiar,
El mundo es un ancho mar
Lo cruzarás por el puente,
A nado puede la muerte
Llevart’en su remolino,
Busquemos, pues, un camino
No me propales contrario,
Aprend’el abecedario
Que te dará buen destino.


Análisis
En esta décima, Violeta relata el día en el que ella decide escapar o irse de su casa rumbo a Santiago. Cuenta que lo hizo muy decidida en el amanecer, o sea muy temprano en la mañana. Sin despedirse, logra irse de su casa, pero no con el fin de lastimar a alguien que la quiera, sino que por orden de su hermano Nicanor Parra. Cuanta su programa de lunes a sábado, y reitera: “Partí para no volver”. Ya el día sábado le da noticia su familia de cómo esta ella. Relata que su hermano Vicente le pedía que volviera, y luego sueña algo extraño que la deja algo asustada. Dice que cruzó noventa estaciones, “salva y sana”, y que algo fue lo que la llevó hasta allá. Luego cuenta lo que su hermano Vicente quería decirle, que era que volviera, y usando una metáfora de “El mundo es un ancho mar, lo cruzarás por el puente al nado puede la muerte”, se está refiriendo a que no puede arriesgar tanto su vida, que se valla por el camino más seguro, y que sea responsable. Le pide a Violeta que no lo desobedezca y que aprenda de la vida, como del abecedario, que “te dará buen destino”, diciendo que así aprenderá más sobre lo bueno y lo malo, y podrá confiar en él. Se reflejan las constantes temáticas de la memoria, ya que Violeta recuerda aquél día en que se escapó de su casa, la libertad puede ser pero puede que no, ya que no estamos en la mente de Violeta Parra para poder decir si en verdad lo que ella quería al irse de su casa era libertad o una lucha o estaba en busca de un paraíso perdido o simplemente sufría en aquel lugar. En ésta décima no ejemplifica bien cuál es su razón al irse de su casa, solo la misma Violeta lo sabe.



4)Mi abuelo por parte é maire
era inquilino mayor,
capataz y cuidador
poco menos que del aire;
el rico en su donaire,
lo tenía d obliga’o
caballerizo monta’o,
de viñatero y rondín
podador en el jardín
y hortalicero forza’o

Todo esto, señores míos,
por un cuartito de tierra
y una galleta más perra
que llevaba sus críos;
algunos reales, ¡Dios Mío!
pa’ alimentar quince humanos,
sin mencionar los hermanos
que se apegaban al pial;
Don Ricardo Sandoval
cristiano entre los cristianos.

al verlo a primera vista
parece mi lindo abuelo
algún arcángel del cielo
gemelo de Juan Bautista;
azules sus pupilitas,
dorada su cabellera,
montado en su yegua overa
no hay niña que no lo mire,
ni vieja que no suspire
por detrasito ‘e mi abuela.

Cuenta mi madre afligida
que mi abuelito Ricardo,
era un hermoso leopardo
pa’ batallar por la vida;
fuera de noche o de día
de aquí para allá galopa;
en los inviernos terribles,
y en los veranos temibles
sudaba como as de copa.

Mi abuela a cargo ‘e la casa,
Amamantando sus críos,
Llevando el agua al río
pa’ preparar buena masa,
criando pollos de raza,
sacando miel en enero,
limpiando trigo en febrero
para venderlo en abril;
y en mayo, ¡qué perejil
cosecha junto al estero!


Análisis
En esta décima Violeta parra parte hablando de su abuelo materno llamado Ricardo Sandoval y lo describe diciendo que ya es una persona mayor, capataz y un muy buen cuidador, también andaba en caballo y trabajaba el jardín, todo esto lo hacía para vivir y entregarles alimentos a sus hijas ya que era obligado por su patrón, acá se muestra la lucha para poder vivir y sacar adelante a su familia, después dice que es cristiano por lo tanto se hablaría de lo divino, luego lo empieza a describir físicamente dice que es muy lindo y lo compara con un ángel, dice que tiene los ojos azules, pelo rubio, y que todas las mujeres están detrás de él, una de esas su esposa, la hija de Don Ricardo Sandoval (madre de violeta) dice que batallaba por la vida, de noche y de día galopando, no le importaba si fuera invierno o verano, y que sudaba, acá se vuelve apreciar la constante de la lucha, ya que nunca se rendía y era muy fuerte.
También dice que mientras su abuelo salía, su esposa (abuela de Violeta) tenía que quedarse en la casa cuidando a sus hijos, cocinándoles, también ella sacaba miel y cosechaba trigo para después venderlo en abril y mayo.



5)¡Qué pena tuv’ en Quirihue!
¡Qué rabias en Miraflores!
¡Qué soledad en Dolores!
¡Qué malestar en Doñihue!
Angustias pase en Llanquihue,
Tormentos en Lonquimay,
Sorpresas tuv’ en Lircay
Y sobresalto en Coelemu,
Pesares en Bucalemu,
Sambita, sí ay ay ay.

Pase amarguras en Ñanco,
Delirios en Tucapel,
Hambrunas en Illapel
Y pesadillas en chanco;
Qué lágrimas en Rupanco,
Desvelos en Mataquito,
Corazonadas y gritos,
Y en el pueblo de Toltén
Por un brillante de a cien
Peleo con mi hermanito.

Incertidumbr’ en El Quisco
Me causa gran impaciencia,
Suspiros en Confluencia
Cansancios en San francisco,
Lamentos en Camarico,
Pesares en Longaví,
Flojera en Curacaví,
Nostalgia en Lagunillas,
Aburrimiento en Placilla,
Locuras en Tarahuín.

Miesterios viví en Parral,
Desdenes en Puerto Montt,
Espantos en Concepción,
Martirios en chañaral,
Inconveniencia en Taltal,
Envidias en Pachacama,
Pelambres en Atacama,
Dolores en Casablanca,
Engaños en salamanca
Y pesadilla en Calama

Calumnias en Punta Arenas
Y miedo en Valparaíso,
Ataques en los Carrizos,
Pendencias en Yerbas buenas,
Humillación en la Serena,
Calamidad en Recinto,
Prosperidad en Niblinto,
Aplausos en Conchalí
Y en la Quebrá’ del Ají
Amores y vino tinto.


Análisis
En ésta décima, Violeta habla sobre los sentimientos que tubo al visitar los lugares a lo largo de su vida. Cuenta algunas experiencias que vivió al recorrer muchas partes que forman nuestro país, Chile. Violeta nos demuestra que son muchos los lugares que ha visitado. Parte mostrando su pena cuando estuvo en Quirihue, su rabia en Miraflores, su soledad en Dolores, su malestar en Doñihue. Continúa hablando de sus angustias en Llanquihue, y sigue así durante toda la décima. Al leerla, nos damos cuenta de que al recorrer Chile, Violeta Parra no tuvo sus mejores experiencias, sino que le tocó ir sola a lugares, sin nadie con quien compartir en ese momento, tal cual fue en Dolores. Son muy pocos los momentos buenos en su recorrido, de hecho es uno, cuando fue a Conchalí. No nos imaginamos cuales fueron las razones concretas, pero las demuestra a través de sentimientos claves que nos da a durante toda su décima. Aparece la constante de la memoria, ya que Violeta Parra recuerda las emociones que tuvo al visitar nuestro país, también el sufrimiento ya que se queja y da sentimientos tristes y angustiados de muchos de los países que recorrió.



6)Con moño y delantal blanco
A los seis años justitos,
Al brazo mi cuadernillo
Me voy al colegio al tranco.
En viendo el camino franco
Me puse a dar unos brincos.
Me dobla fuerza y ahínco
Tal seremil de chiquillas,
Volando cual candelilla
Contaba de uno hasta cinco.

Aquí principian mis penas,
Lo digo con gran tristeza,
Me sobrenombran “maleza”
Porque parezco un espanto.
Si me acercaba yo un tanto,
Miraban como centellas,
Diciendo que no soy bella
Ni pa’ remedio un poquito.
La peste es un gran delito
Para quien tiene su huella.

De llapa, mis compañeras
eran niñitas donosas,
como botones de rosa
o flores de l’azucena.
P’a más desgracias, docenas
Lucían su buena plata,
La Viola, una garrapata
Menor d’un profesorcito
De suelto casi justito,
Se nos volvía hojalata.

Declaro la estimación
Qu’en mucha gente encontramos,
Perfume son de retamos;
El sentido y la unión
Se siente en el corazón
Cuando nos brindan la mano.
Más, el cariño d’hermano
Se pierde en lo infinito,
Cuando falta el pan bendito
Par’ el vivir del cristiano.

Diez bocas siempre pidiendo
Lleva mi maire el problema,
Vestidos, botas y medias,
Panes al mes son seiscientos.
Pa’ no andar con lamentos
Remienda noches enteras,
Cosiéndole a Valenzuela
Y al dueño ‘e la propiedad,
Pero esta plata, en verdad,
Por el arriendo descuentan.


Análisis
En esta décima violeta parra está hablando de los tiempos cuando iba al colegio. Cuenta que ella no lo pasó muy bien en sus días de escuela, ya que las demás niñas le ponían apodos y la molestaban diciéndole que no era bella, por esto ella sufría pero al mismo tiempo tenía una sensación de que alguna vez en su vida podría triunfar, tenía la esperanza, a pesar de todos sus sufrimientos.
También cuenta que sus demás compañeras siempre estaban muy bien vestidas y presumían el tener arto dinero, mientras que ella solo era una niña de escasos recursos, con un papá de un trabajo muy humilde, lo que hacía que cada vez se estuviera volviendo una niña más discriminada y menospreciada. La lucha es interpretada como que ella quería ser aceptada por los demás a pesar de no tener mucho dinero o no ser de una buena familia.
Menciona que mucha gente se fija en lo material, en estar bien vestida y presentada, pero en realidad eso no es lo importante, si no que tener un buen corazón, agradar por quien uno es por dentro, ya que esto es lo que lleva a la unión y el amor, que puede llegar hasta reemplazar todo lo material. Hay que tomar conciencia de que todo lo mencionado es la realidad, hay mucha gente que se deja llevar por lo material, pero en realidad esto no es lo que lleva a la felicidad, hay que hacer algo para que la gente se de cuenta y dejen de lado sus bienes materiales que en realidad no son esenciales para vivir y tener una vida más llena de cariño y tiempo de caridad con la gente que se ama.
Cuenta que su madre tenía que hacerse cargo de 10 hijos, los cual significaba tener que cocinarles, vestirlos y cuidarlos. Se pasaba muchas noches enteras haciendo trabajos para conseguir algo de dinero, pero de todos modos éste iba a dar al arriendo de la casa.
La madre y el padre de Violeta a pesar de no tener una buena fuente de dinero, luchaban para sacar adelante a su familia.
El origen en esta décima se ve en que ella viene del campo, y es más humilde que sus compañeras y la gente que la rodea, pero aún así a ella le gusta ser campestre.



7)Les cuento que salió un día
Mi maire, cosa más rara,
Apure señora Clara,
Le dijo su compañía.
Contentas en armonía
Patrona y arrendataria,
Partieron como canarias,
L’ echaron llave a la puerta,
Pero se les quedó abierta
La del jardín con las dalias.

En ese huerto se apila
El piño de cabros sueltos:
Alira, Tito y Roberto,
Marta y Violeta, a la siga;
Niñitos, Dios les bendiga,
Se pierden en las hortensias,
Jazmines de preferencias
Perfuman su manantial,
Jardín, el más celestial
Nos estrujó la conciencia.

En este huerto glorioso
Bramó la chiquillería
Con inmortal gallardía
Por cuadro tan venturoso;
Tan elegante y gracioso
Como jamás conocieron,
Porque las veces que vieron
El jardín de la Totito
Sería por un hoyito,
Por permisión de los cielos.

Más vale que nunca hubieran
Dejado esa entrada abierta,
porque soñando despierta
M’encaramé en una higuera;
Sostengo la regadera
Empiezo a llover de arriba,
Mojando una siempreviva
Que hace dos mil tiritones,
Por los gloriosos chorrones
Que de lo alto caían.
Después me subí a un castaño
Gateando valientemente,
Los sacudí los pendientes
Que luce una vez por año,
Cayeron como rebaños,
Y siento en el corazón
Pinchándome un agujón
Al ver mi sitio pela’o
Brillando como un pesca’o
Sin ni siquiera una flor.


Análisis
En ésta décima, Violeta Parra, cuenta que un día su mamá apodada “Clara” cuyo nombre es Clarisa Sandoval, salió muy apurada de su casa, dirigida por su patrona. Al salir, le pusieron llave a la puerta, pero la puerta que da al jardín se les quedó abierta. Menciona nombres de “niños” los cuales son: Alira, Tito y Roberto, los hombres, y Marta y Violeta, las mujeres. Menciona también muchas flores como las dalias, hortensias, jazmines, etc. que se encontraban en su jardín. Cuenta sobre un “huerto glorioso” que se encontraba ahí mismo, “elegante y gracioso”, dándole una personificación a aquél huerto. Violeta se dice a sí misma que ojalá que nunca hubieran dejado la puerta del jardín abierta, ya que se encaramó en una higuera y comenzó con la manguera o regadera a regar las flores, la higuera, el huerto, el jardín. Eran miles y miles de chorros los que le caían a las hermosas flores y plantas que se encontraban ahí. Cuenta que luego se subió a un árbol de castaño, y al hacerlo, botó sus “pendientes”, los cuales aluden a las muchas castañas que tiene el árbol. Termina su décima, hablando de que vuelve a la realidad, deja de soñar, ya que todo lo que contó que hizo aquel día, fue solo producto de su imaginación, su jardín no tenía tales maravillosas flores, ni un huerto ni una higuera. Esto nos lleva a pensar, que Violeta era una mujer soñadora, que se podía divertir solo usando su imaginación. Aparecen las constantes del paraíso perdido, al encontrarte en un momento en un lujoso jardín, a luego pasar a darse cuenta de que en realidad no tiene nada de glorioso su real jardín. También está la toma de conciencia, ya que a pesar de que a lo largo de la décima Violeta Parra cuenta como si tuviera las mayores variedades de flores y plantas en su jardín, al final de ésta admite que no tiene nada de eso. A lo mejor tenía la esperanza de algún día tenerlo, pero quién sabe.



8)Presente de su familia
Lloraba un día mi mama,
Contando de que las llamas
La están dejando en la ruina.
En fiestas de tomatina
Mi taita vende la tierra,
Con lo que se arma la guerra
En medio del pasadizo.
Le exigen los compromisos,
Qu’el les firmó entre botellas.

D’esta manera tal vil,
Le rapiñaron la herencia;
¡Danos, Señor, la paciencia
Para este plazo cumplir!
La ruta debe seguir
Aunque la rueda esté suelta,
Vaya sin eje o envuelta;
Cúmplase lo que se está escrito.
Es el destino maldito
Y no hay más que darle vuelta.

Celebro que fuer’ así,
Porque de un’ otra manera,
Yo hubiera sido ternera
Sin leche que dar aquí.
Se es cierto que yo sufrí,
Eso me fue encañonando,
Más tarde me fue emplumando
Como zorzala cantora.
Hoy pájara voladora
Que no la para ni el diablo.

Esto me da un pensamiento,
Voy a dejarlo estampado:
Que no hay mejor noviciado
Qu’ el llanto y el sufrimiento.
Aquel que busca talento
Entre canasta y poquer,
Entre caballo y mujer,
Lo digo con arrogancia,
Que son mantequilla rancia
Y apercancado pastel.

Con esto digo el decir,
Qu’en toda la sociedad
Que rige en esta ciudad
Hay poco para elegir.
Algunos d’entre los mil
Cargan preciosas antenas,
Y corre sangre en sus venas
Que vale mucho caudal.
Pero en balance total,
No suman cuatro docenas.


Análisis
Habla de un día en que su mamá llega contado que está perdiéndolo todo, habla que de tuvieron que vender sus tierras, su abuelo se siente muy acomplejado por esto, le trae muchas complicaciones, ya que el trabaja por tener una casa. Entonces les quitaron la casa, ellos debían tener esperanza de que fuera a poder pagar todo y que todo estaría bien, pero al mismo tiempo había mucho sufrimiento ya que podrían estar en peligro de perder todo lo que tenía. Ella esta a gusto de que haya sido así, ya que así ella tuvo una experiencia, de la que pudo escribir y componer canciones y obras muy buenas, si es que no hubiera pasado por esto, como dice en la cita: “Yo hubiera sido ternera, sin leche que dar aquí.” Hubiera sido una poeta, pero no con algo tan grande que entregar. Afirma que es cierto que sufrió, pero esto luego la fue enriqueciendo, como por ejemplo en su música y poesía, hasta llegar a ser una persona muy segura con lo que quiere y que nadie la pueda parar.
En este momento a violeta se le ocurre algo; dice que la mejor manera de encontrar algo digno de ser discutido, es por medio del llanto y el sufrimiento y no por los lujos, el dinero, las mujeres.
Luego comenta que en este pueblo no hay mucho que elegir, eres de uno o del otro, algunos tienen la oportunidad de darse muchos lujos y otros solos pueden quedarse con lo que tienen, y los que pueden darse lujos, sienten la felicidad, pero en realidad no lo es una realidad concreta, ya que la felicidad no depende de lo material.
El paraíso perdido; aquí es la felicidad por medio del amor y la amistad, está perdido, ya que ahora mucha gente piensa que la felicidad se consigue por medios materiales.
La libertad se encuentra en que el abuelo de violeta, no tenía la libertad de elegir, tenía que luchar para poder tener a su familia estable. La gente le quitó su herencia, y no tenía la libertad para poder quedársela.



9)Pero, pensándolo bien,
Y haciendo juicio a mi hermano,
Tomé la pluma en la mano
Y fui llenando el papel.
Luego vine a comprender
Que la escritura da calma
A los tormentos del alma,
Y en la mía que hay sobrantes;
Hoy cantaré lo bastante
Pa’ dar el grito de alarma.

Empezaré del comienzo
Sin perder ningún detalle,
Espero que no me falle
Lo que contarles yo pienso;
A lo mejor no convenzo
Con mi pobr’ inspiración
Escas’ ando de razón,
Mi seso está ‘polilla’o,
Mi pensamiento nubla’o
Con tanta preocupación.

Recularé algunos años
Y de lugar mudaré,
Así les relataré
Sin “coilas” y sin engaños;
Que se descarguen los daños
En la pobre relatora,
Por no valerle hast’ahora
Haberse amarra’o a Chile.
Si el canto no le da miles,
Válgame Dios, la cantora.

Primero, pido licencia
Pa’ “transportar” la guitarra;
Después, digo que fue Parra
quien me donó l’existencia.
Si me falta l’elocuencia
Para tejer el relato,
Me pongo a pensar un rato
Afirmando el “tuntuneo”,
A ver si así deletreo
Con claridez mi retrato.

Tenga calma la compaña
Ya viene la despedí’a;
La poca sabiduría
Mis ocurrencias empaña.
Siempre la suerte m’engaña
Por mucha ilusión que tenga;
Que la fuerza me sostenga
Si el sacrificio es en vano,
Y no me condene, hermano:
No hay mal que por bien no venga.


Análisis
En esta décima Violeta Parra parte diciendo: “Y haciendo juicio a mi hermano, tomé la pluma en la mano y fui llenando el papel.” Aquí se esta refiriendo a que empieza a escribir, y haciendo juicio a su hermano porque el era escritor entonces lo hacía de alguna manera en su voluntad. Entonces cuando ella escribía se daba cuenta de que escribir era algo que ayudaba mucho, donde uno se podía expresar y decir que es lo que uno quiere, una forma de descargarse de todas esas malas cosas que andan en nuestra cabeza. Luego cuenta que ella tenía muchas penas, entonces quiere escribir mucho y dejar todos sus pensamientos en varias líneas así poder sentirse mejor.
Nos dice que nos va a contar de una manera muy clara todo lo que le pasa, sin dejar atrás ningún detalle, pero piensa que a lo mejor ella no logré llegar a los corazones de la gente, ya que está algo agobiada con todas sus penas y temores, con los que no puede dejarse inspirar.
Partirá contándonos desde hace unos años atrás, donde cuenta todo con gran claridad y con toda sinceridad. Dice que todos los daños que tiene se vallan, los daños por que nadie de su país al que estaba amarrada la valoraba.
Habla sobre tener derecho a tocar la guitarra y llevarla adonde quiera, también da gracias por sus padres quienes le dieron su existencia, dice que si alguna vez no tiene la capacidad de entregarse bien a su público se pondrá a pensar muy bien para que sus palabras le salgan de una manera muy clara con la que se podrá entregar.
Dice que al saber poco sus ideas se van desvaneciendo, la suerte siempre la engaña, ella puede tener mucha esperanza y fe de que algo va a pasar pero luego el sufrimiento gana, de todos modos ellas le dice a su hermano que “no hay mal que de bien no venga”, con esto se refiere a que tal vez le pasen cosas malas pero luego se traducirán en cosas buenas y o tal vez el fondo de esto es algo positivo.



10)No lloro yo por llorar
Sino por hallar sosiego,
Mi llorar es como un ruego
Que nadie quier’ escuchar,
Del ver y considerar
La triste calamidá
Que vive l’humanidá’
En toda su longitú;
L’ escasez de la virtú’
Es lo que me hace llorar.

Ayer, buscando trabajo,
Llamé a una puerta de fierro,
Como si yo fuera un perro
Me miran de arrib’ abajo,
Con promesas a destajo
Me han hecho volver cien veces,
Como si gusto les diese
Al verme solicitar;
Muy caro me hacen de pagar
El pan que me pertenece.

No demando caridá’
Ni menos pid’un favor,
Pido con mucho rigor
Mi derecho a trabajar;
Yo quiero ganar mi pan
Mi harina y mi ají picante;
Con su sonrisa farsante
Me dicen por vez postrera
Que al llegar la primavera
Puede ser que haiga vacante.

Así me pasan los días,
Uno sobre otro en las mesmas,
Veo que llega cuaresma,
Una más y otra enseguí’a;
Le ruego a San Jeremías,
Le prendo vela tras vela,
Más sordo que l’entretela
Se burla de mis quebrantos;
Si no me conduel’el santo,
¿Quién quiero que se conduela?

No pierdo las esperanzas
De qu’esto tenga su arreglo,
Un día este pobre pueblo
Teng’ una feliz mudanza:
El toro sólo se amansa
Montándolo bien en pelo;
No tengo ningún recelo
De verle la pajarilla
Cuando se dé la tortilla
La vuelta que tanto anhelo.


Análisis
En esta décima Violeta dice que ella no llora por llorar, así sin ningún sentido, si no que llora porque quiere tener tranquilidad, el llanto es una manera de manifestar sus penas, sacarlas al exterior y liberarse de ellas. Cuenta que nadie que escucharla llorar, nadie la apoya. Lo que hace que ella se sienta tan triste, es que no se siente con ver que las personas están muy ajenas a lo que es tener una vida llena de felicidad.
Violeta quiere conseguir trabajo, pero al parecer a intentado una y otra vez sin tener algún resultado, la miran como si fuera un animal, como si no tuviera valor, puede ser ya que es mujer, lo que no se ve muy valorado en su época, o tal vez por no ser de una buena familia y ser de campo. Violeta necesita trabajar para poder pagar la comida que le cobran muy cara, pero que se merece comer. Ella no pide que la comida sea de buena calidad, o que este rica, si no por lo menos tener algo de ella, ella quiere trabajar y hacer algo de su vida, pero no la dejan. Le dicen que talvez en un tiempo más halla algún trabajo que pueda tomar, pero por ahora le rechazan su petición, con una sonrisa muy falsa, como queriendo decir que han tratado de hacer lo posible, mientras que solo evaden su petición y hacen como si nada.
Entonces así siguió Violeta, sin trabajo y más pobre que nada, hasta a Dios le pedía que algo le saliera, pero no todo esto era en vano ya que no tenía nada, ni hasta el mismo Dios la escuchaba. Pero aún así Violeta no pierde la esperanza de que algún día todo esto se arreglara y el pueblo también; hallará la felicidad, ya que en ese momento la gente solo se hacía más dependiente de las autoridades, y creía ser feliz, pero en realidad no lo era. Violeta solo quiere que esta realidad cambie y la gente cambie su perspectiva de vida.